TERRIBLES (II)


Dante Gabriel Rossetti
Pandora (ca. 1874-1878)
Lady Lever Art Gallery, Liverpool
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Para castigar a la Humanidad, que había sido ayudada por el titán Prometeo rebelándose contra los dioses olímpicos, Zeus ordenó crear a Pandora, la primera mujer, la Eva griega. Según relata Hesíodo, Hefesto, el divino orfebre, mezcló tierra y agua dando forma al cuerpo de una hermosa mujer a la que dotó de voz y aliento humanos. Atenea le enseñó la destreza de las artes del hilado y Afrodita la adornó con irresistibles encantos, mientras Hermes le entregó una cínica mente y un carácter voluble. En Pandora, pues, se reunían la gracia y el engaño divinos. El mismo Hermes ideó su nombre: Pandora, de pan ("todo") y dora ("regalos"). Una muestra del sarcasmo cruel de los dioses. Ya preparada, la bella creación fue entregada al ingenuo e imprudente Epimeteo -hermano de Prometeo- quien, cautivado por la muchacha, la convirtió en su esposa. Pero Pandora no había llegado sola: un cofre o vasija (tal vez una urna funeraria) la acompañaba en su arribada al mundo de los mortales. Y será su curiosidad -vicio femenino por excelencia según la misoginia patriarcal- lo que desencadene la desdicha perpetua para la Humanidad, pues Pandora abrió la vasija y de ella emergieron la enfermedad, el infortunio y la muerte, desconocidos hasta entonces por los seres humanos. Cuando Pandora la cerró, solo quedó dentro la esperanza, lo único que podía ayudar a los hombres a reponerse de tales desgracias.
Este relato mítico revela que, tras el arquetipo de Pandora, se ubica la imagen de la mujer funesta y terrible, origen de calamidades, dado que fue creada para este fin. Así, Hesíodo sentencia que "de ella desciende la estirpe de las mujeres". Y aunque el mito inspiró a más de un artista del Renacimiento, va a ser sin lugar a dudas en el siglo XIX cuando Pandora se convierta en un doble símbolo: por un lado, Pandora representa la turbadora belleza que fascina al hombre; por otro, representa a la vez, por su fatídico carácter, la destrucción para el mismo. Así, la Pandora de Rossetti ostenta unos labios carnosos y sensuales, una mirada inquietante, una cabellera poderosa y unas curvas contundentes. Su Pandora es emblema del principio femenino como maldición, como terrible destino. El mensaje es nítido: la belleza conlleva crueldad. Su Pandora acaba de cerrar el cofre y se aprecia una humareda de males perversos desplegándose por el orbe. Se impone al final la mirada concentrada en la incripción del cofre maldito: "ULTIMA MANET SPES."